Es capaz de pasar semanas en lo alto de la hierba esperando a que pase un animal o una persona para engancharse y poder alimentarse de su sangre. Puede ser transmisora de un gran número de enfermedades y tiene una importante capacidad de reproducción.
Nombre científico:
Rhipicephalus sanguineus
Nombres comunes:
Garrapata café
Garrapata café del perro
Garrapata marrón del perro
Garrapata parda
Garrapata roja del perro
Ricino
Clasificación:
Reino: Animalia
Filo: Arthropoda
Clase: Arachnida
Subclase: Acari
Orden: Acarina
Suborden: Ixodidos
Familia: Ixodidae
Género: Rhipicephalus
Pertenece a la clase arachnida por lo que está emparentada con arañas, escorpiones y ácaros y, por lo tanto, tiene cuatro pares de patas, a excepción de su estadio de larva, en la que sólo presenta tres pares . A diferencia de los insectos no tienen antenas y su cabeza y tórax están fusionados. Son de la familia Ixodidae, conocidas como garrapatas duras. Esta denominación hace referencia a la presencia en su parte dorsal de un escudo esclerificado que cubre totalmente en los machos y en la región anterior a las hembras. Machos y hembras presentan un marcado diformismo sexual. Las hembras, cuando se alimentan, se hinchan y adquieren una forma globosa.
El tamaño de la garrapata es variable, dependiendo de su estadio de desarrollo, alimentación y sexo. Nada más nacer, las larvas medirán menos de un mm, las ninfas entre 3 a 5 mm y los adultos entre 5 y 10 mm. Sin embargo, las hembras adultas podrán llegar a multiplicar por 10 su tamaño tras la ingesta de sangre previa a la puesta de huevos.
En general, el tamaño de la garrapata es pequeño, es de color marrón rojizo y el cuerpo tiene forma alargada. Es también conocida como ricino por el parecido de las hembras con esta semilla.
Se encuentra en todo el mundo, siendo más común en climas cálidos. Su presencia suele ser más habitual en los meses de primavera, verano y otoño, aunque las que consiguen vivir dentro de los edificios, gracias a la temperatura interior, pueden estar activas también durante el invierno. Además, al ser capaz de completar su ciclo en el interior de las edificaciones, puede ser encontrada en climas más fríos.
Rhipicephalus sanguineus es una garrapata de tres huéspedes. Esto quiere decir que entre estadios se desprende del huésped original, cae al suelo, completa la etapa de crecimiento y parasita a un nuevo huésped. El animal parasitado no tiene que ser necesariamente otro distinto, ya que en el caso de las mascotas el huésped puede ser siempre el mismo.
Es un ácaro hematófago semi-permanente y, aunque es específico del perro, es capaz de alimentarse de la sangre de un gran número de mamíferos de pequeño y mediano tamaño. Todas las especies de garrapatas son parásitos obligados y requieren sangre y líquidos tisulares.
Una vez que la garrapata está sobre el hospedador, iniciará una perforación cutánea y se fijará a los bordes de la herida con los dígitos de sus dentículos. Podrá permanecer así durante semanas e incluso meses tomando una cantidad considerable de sangre, sobre todo si es hembra adulta ya que le es necesaria para el desarrollo de los huevos. La ingesta de sangre le es obligada para la reproducción y desarrollo.
Su ciclo de vida tiene cuatro etapas principales: huevo, larva, ninfa y adulto. Puede cubrir todos los ciclos en 65 días pero, en condiciones climáticas y de alimentación desfavorables, puede llegar a 30 meses. El ciclo tiene fases de vida libre y vida parasitaria. Las condiciones ambientales influyen sobre la duración de las estapas del ciclo en que las garrapatas no se encuentran parasitando. Las transiciones de larvas a ninfas y de ninfas a adultos se llevan a cabo mediante metamorfosis incompleta, con pérdida de cutícula (muda.)
En la fecundación no hay una cópula directa. El macho cogerá con sus quelíceros el espermatóforo (bolsa de esperma) y lo introduce en el orificio genital de la hembra. Esta, una vez fecundada, se alimentará de su huésped durante, por lo menos, una semana y, ya repleta de sangre, se deja caer al suelo y busca un sitio oscuro y seco para poner sus huevos y, posteriormente, morir. Los huecos, grietas y hendiduras en las viviendas, garages y perreras son lugares ideales para realizar la puesta. Al cabo de unos 4 días de soltarse de su huésped comenzará la puesta, que se podrá prolongar durante dos semanas. Cada hembra será capaz de poner 3.000 - 5.000 huevos, siendo su periodo de incubación de siete días. Los huevos serán colocados sobre su dorso, adheridos gracias a una secreción vizcosa que también les cubre y les protege de la desecación. El tamaño de la puesta dependerá del tamaño de la garrapata y de la cantidad de sangre ingerida.
De 2 a 5 semanas después nacerán las larvas e inmediatamente comenzarán a buscar un huésped. Se alimentarán de su sangre durante alrededor de una semana y se soltarán para convertirse en ninfas al cabo de unas dos semanas. Volverán a buscar un nuevo huésped del que se alimentarán durante unos 10 días. De nuevo se soltarán y a las dos semanas serán ya adultos. Buscarán un tercer animal del que alimentarse. En esta ocasión los machos comerán lo justo para tener tiempo suficiente para aparearse, mientras que las hembras se alimentarán hasta hinchar su bolsa lo más posible, ya que de ello dependerá el número de ejemplares de la siguiente generación.
Los periodos de tiempo indicados son medios. Realmente, las garrapatas son muy longevas y pueden llegar a vivir entre 3 y 5 meses en cada etapa sin alimentarse o con un clima frío que ralentice su desarrollo. Sin embargo, en condiciones propicias, pueden llegar a completar el ciclo completo en poco más de dos meses.
Es un parásito externo de animales y es uno de los vectores de transmisión de enfermedades en perros más importantes. Pueden atacar también a otros mamíferos y al hombre. Es de las pocas garrapatas capaces de instalarse en el interior de los edificios, más aún cuando en ellos se encuentran muchos perros: perreras, criaderos, residencias caninas....
Causa daño directo por la picadura dolorosa y extracción de sangre, e indirecto por la potencial transmisión de enfermedades e inyección de microorganismos (virus, bacterias, protozarios y rickettsias.) Producen alergias y dermatitis, y por su factor vectorial pueden transmitir, entre otras, babesiosis, ehrlichiosis, fiebres hemorrágicas, encefalitis, fiebre Q, fiebre maculosa, enfermedad de Lyme...
La infectación llegará por el contacto entre animales sanos y parasitados o por la presencia de garrapatas en el ambiente. Normalmente esperarán en lo alto de una hierba o una planta al paso de su hospedador. Una vez sobre el animal tenderá a buscar preferiblemente un lugar protegido, como puede ser tras las orejas o en la zona axilar.
La principal señal de su presencia es el encontrar en nuestra mascota a la misma garrapata enganchada. Esto será más probable en los meses de primavera, verano y otoño, tras paseos por el campo o zonas transitadas por otros animales, o tras el contacto con zonas o animales infectados.
El riesgo de ser presas de las garrapatas proviene, principalmente, de nuestros paseos y actividades al aire libre por el campo, parques y jardines, ya que se encuentran entre la vegetación en espera de un huésped. Por ello se deben tomar las siguientes precauciones:
Si ya hemos sido picados por una garrapata; ¿Qué hacer?
Si se han descubierto garrapatas en el interior de su vivienda o en su jardín, debe contactar con una empresa de control de plagas especializada que pueda realizar el tratamiento adecuado. Asegúrese de que la empresa tiene los conocimientos y permisos pertinentes.