Carlos de Cristóbal. 18/06/2013
En los pasados días han llegado a Servcontrol numerosas consultas por la aparición de polillas en gran número en Madrid. Este es un episodio que se repite algunos años entre los meses de mayo y junio, sin una regla fija pero sí en consonancia con el clima; coincidencia de gran cantidad de lluvias durante el invierno y la primavera y días cálidos repentinos. Otras invasiones de polillas recientes se han dado en Madrid en los años 1962, 1963, 1966, 1995, 1996 y 2006.
Su aparición en gran número se debe a una migración anual desde el norte de Africa hacia la península escandinava en primavera, y de norte a sur en verano - otoño. En los años en los que se ha generado gran cantidad de vegetación en primavera, el repentino calor hace que las pupas eclosionen al tiempo y masivamente. Su gran número hace que se las vea por todas partes, introduciéndose en los edificios, locales y viviendas. El gran tamaño de algunos ejemplares (la polilla gamma puede llegar hasta casi los 5 cms) asusta a muchas personas pero, en realidad, son inofensivas e inocuas, ya que ni ellas ni sus orugas son urticantes. En cualquier caso, quienes si pueden tener motivos para estar preocupados son los agricultores, ya que las orugas son muy voraces y polífagas, y son capaces de alimentarse de una gran variedad de plantas silvestres y cultivadas. Aún así, los adultos voladores pueden resultar beneficiosos porque sólo se alimentan de néctar y participan en la polinización.
Estas polillas, realmente, no lo son. Se las conoce como polillas por ser de hábitos nocturnos pero en verdad son mariposas nocturnas. No tienen nada que ver con las polillas que se alimentan de la ropa, de los cereales o de otras mercancias almacenadas.
Siempre que es noticia una plaga de estas caracteríticas se hace referencia a una sola especie, a la polilla gamma (Autographa gamma.) Sin embargo, suelen aparecer a la vez otras de distintas especies entre las que se encuentran:
Como ya se ha apuntado, todas estas mariposas son inofensivas para el hombre y mascotas, por lo que se debe evitar el uso indiscriminado, excesivo e inadecuado de insecticidas. Si se prefiere, para evitar su entrada en los edificios, se pueden apagar luces, bajar persianas, cerrar ventanas o usar mosquiteras. En pocos días, atendiendo a su ciclo vital, desaparecerán por sí solas.
Referencias: